¿TIENES UNA MUELA DEL JUICIO INFECTADA?

La infección de los tejidos blandos que rodean a un diente parcialmente erupcionado se conoce como pericoronaritis o más comúnmente como infección de la muela del juicio. Generalmente se asocia a las muelas del juicio inferiores ya que son los dientes que con más frecuencia quedan retenidos, es decir, que no erupcionan del todo.
La infección de las muelas del juicio aparece cuando se genera un espacio donde se acumulan restos de alimentos, bacterias y donde la higiene es difícil. Esto es muy frecuente cuando el tercer molar ha hecho erupción parcial, por ejemplo, cuando ha salido una de sus cuatro cúspides, y se encuentra detenido sin poder erupcionar más, normalmente por falta de espacio o por mala orientación (inclinado). Todo esto favorece la proliferación de microorganismos que provocan la infección de la encía que rodea a ese molar.
En ocasiones es la propia masticación y el impacto de las cúspides de la muela del juicio superior la que provoca un traumatismo e irritación de la encía inferior donde acaba apareciendo una infección.
Cuando el proceso infeccioso se agudiza se produce inflamación con enrojecimiento de la encía que está por encima del molar, dolor a la masticación que puede llegar hasta la garganta, sangrado al tocar la zona e incluso aparición de ganglios en la zona submandibular que pueden ser dolorosos. Si solamente se realiza tratamiento médico (antibiótico) o no se hace nada, el proceso se intensifica con mayor dolor e inflamación. En estos casos suele aparecer limitación de la apertura bucal (trismo) y dolor al tragar. Además, suele salir pus a través del capuchón mucoso de la muela al presionarlo. Cuando este estado se mantiene en el tiempo sin que la muela del juicio erupcione completamente o sin realizar la extracción, la infección se cronifica y se manifiesta con una sintomatología mucho más suave, intermitente, que a veces se acompaña de los mismos síntomas que en los casos anteriores, pero menos intensos. En cualquier momento se puede producir una reagudización con la aparición de síntomas más intensos. En esta fase la infección tiene más riesgo de progresar hacia espacios profundos del cuello y puede ser necesario realizar un ingreso hospitalario.
En cualquiera de los casos el tratamiento pasa por la espera a la erupción completa del molar si este tiene una posición adecuada o por la extracción para acabar con la infección, siempre en combinación con el tratamiento antibiótico. Las infecciones de los terceros molares no se deben autotratar, son patologías serias que pueden provocar complicaciones graves.
Si crees que tienes muela del juicio infectada acude a tu dentista, él te realizará las pruebas necesarias para saber cómo y cuando tratar ese molar para que la infección desaparezca, y con ella, todos los riesgos asociados.