¿QUÉ ES UN CURETAJE DENTAL?

El curetaje dental, también llamado raspado y alisado radicular, es una técnica de eliminación de placa bacteriana y cálculo (sarro) que se encuentran por debajo de la encía.
Este tratamiento es necesario en pacientes que presentan periodontitis (piorrea), es decir, pacientes que tienen una afectación de los tejidos que rodean al diente y en los que existe una pérdida de hueso y aparición de bolsas periodontales.
Las bolsas periodontales son espacios que aparecen entre el diente y la encía y que profundizan hasta el nivel donde se encuentra el hueso. En pacientes sanos no existen bolsas periodontales.
Para comprobar la existencia de bolsas, el odontólogo realizará un sondaje periodontal con un instrumento calibrado que se llama sonda, cuando la sonda da una medición superior a 3 mm se considera que hay bolsa periodontal.
Estas bolsas son difíciles de limpiar y suelen acumular placa bacteriana, esta placa se transforma en cálculo, que se queda pegado al diente siendo imposible de eliminar.
Es aquí donde entra en juego el curetaje dental. Tras un diagnóstico exhaustivo en el que el dentista realizará, además del sondaje, una serie de radiografías; se indicará la necesidad de tratamiento.
Antes de comenzar el tratamiento, el odontólogo puede indicar un tratamiento con antiséptico (clorhexidina) y una serie de pautas de higiene oral.
El curetaje consiste en el raspado de la raíz del diente afectado con la finalidad de eliminar el sarro y la placa que están por debajo de la encía, también se busca eliminar el tejido blando cicatricial que pueda existir en la bolsa. Este tratamiento se realiza con curetas, que son unos instrumentos manuales con borde filoso que ayudan a desadherir el cálculo de la raíz y siempre va precedido del paso de los ultrasonidos por el surco entre el diente y la encía.
Después del raspado, se realiza el alisado radicular, que consiste en dejar la raíz del diente lo más lisa posible para que retenga menos placa. Esto se puede hacer a mano o con instrumentos rotatorios.
El curetaje dental no duele ya que se realiza siempre bajo anestesia local. Se puede realizar por cuadrantes (dividiendo la boca en cuatro partes) o todo el mismo día (protocolo full-mouth).
Después del tratamiento, la inflamación de la encía bajará y se reducirá el sangrado y el tamaño de las bolsas. Siempre son necesarias las consultas de revisión en las que se comprobará el sondaje viendo la evolución de las bolsas y se realizará limpieza de mantenimiento y curetaje en las zonas donde haya bolsas que lo necesiten. El dentista indicará la frecuencia de dichas revisiones, evaluando cada caso individualmente.
En ocasiones es necesario complementar este tratamiento con un antibiótico. En estos casos se tomará un cultivo después de hacer el curetaje y, en función de los resultados, se prescribirá el antibiótico que mejor combata las bacterias cultivadas.